Tarjeta Turtia, Unesco y corresponsales.
Los consejos de la información (press councils) de Europa están cambiando las reglas del juego, por primera vez en muchos años, para adaptarse a las nuevas tecnologías. Esta es una de las tendencias detectadas en la decimoquinta reunión de la Alliance of Independent Press Councils of Europe, AIPCE, que ha tenido lugar este último septiembre en Tel Aviv.
Facebook y Twitter
Ahora, los ciudadanos pueden presentar quejas por la falta de ética en informaciones publicadas en internet, incluidos Facebook y Twitter. Muchos press councils han hecho cambios para introducir los diarios digitales, las páginas web de los periódicos convencionales y las redes sociales dentro del sistema de autorregulación.
Ahora bien, sólo se aceptan las quejas sobre informaciones publicadas en Facebook y Twitter, cuando las cuentas son operadas por medios de comunicación o por periodistas que las utilizan en relación a su trabajo profesional.
El Consejo de la Información de Cataluña, ya hace tiempo que tramita quejas por informaciones aparecidas en internet, pero aún estudia qué hacer con las redes sociales.
Los comentarios ofensivos
Otra novedad que ha traído la tecnología, es la participación del público en los medios de información digitales. Los foros tienen una parte negativa: hay gente que los aprovecha para hacer comentarios insultantes, racistas o amenazantes. En Israel, por ejemplo, un tercio de los comentarios del público son de este tipo.
Según se vio en la reunión de Tel Aviv, todos los press councils recibimos quejas por comentarios ofensivos y ya son muchos los que han decidido actuar para acabar con esta práctica tan preocupante.
Algunos, como Finlandia, han ampliado el código deontológico (el Consejo de la Información de Cataluña está en este proceso). Otros han llegado a acuerdos con los medios de comunicación para que moderen los comentarios del público antes de su publicación y, si no lo hacen, tengan recursos para eliminar los mensajes ofensivos inmediatamente. Hay consejos que también han conseguido que los medios prohíban la participación anónima.
