CLICKBAIT El Col.legi de Periodistes, el Consell de la Informació de Catalunya i onze universitats denuncien el ‘clickbait’ com una amenaça pel periodisme

En defensa dels valors ètics del periodisme

Antecedentes y presente

En defensa de los valores éticos

Los profesionales de la información de Catalunya, reunidos en el II Congreso de Periodistas Catalanes, celebrado el mes de octubre de 1992, se dotaron de un Código Deontológico, el instrumento que expresa su voluntad de defensa de unos medios de comunicación libres y responsables, en el marco de una sociedad plural y democrática. El Código Deontológico es una declaración de principios sustentada en doce criterios, que quiere estimular la constante reflexión autocrítica sobre los valores éticos que deben prevalecer en el ejercicio de la profesión periodística.

FÓRMULAS ADOPTADAS POR OTROS PAISES

Los antecedentes a esta voluntad de autoregulación hay que buscarlos en Inglaterra, como un intento de los profesionales y las empresas de la información para impedir la intervención del Gobierno en la prensa. La actual Comisión de Querellas contra la Prensa (Press Complaints Commission) que ha sucedido al primitivo Consejo de la Prensa, define así su servicio a la sociedad: “a diferencia de las restricciones legislativas, la autorregulación es accesible de forma rápida e immediata, su funcionamiento es rápido y flexible, es independiente del gobierno y de los tribunales y no cuesta nada al contribuyente ni a quien se querella”.

La fórmula penetró sobre todo en los países de influencia anglosajona y en los escandinavos. El Press Council australiano, por ejemplo lleva más de veinticinco años de funcionamiento en provecho de la sociedad.

No es, sin embargo, el único recurso que los propios medios han puesto a prueba. Existen una normas internas recogidas en los libros de estilo. Algunos diarios tienen también un estatuto de redacción. Y la mayoría publican además cartas de los lectores. Muchos medios de comunicación tienen su propio ombudsman, o defensor del lector, del oyente o del espectador.

El Código, subscrito y asumido voluntariamente por los profesionales y medios de comunicación de Catalunya, ya preveía en su declaración final la necesidad de constituir un organismo arbitral, representativo, plural e independiente de los poderes públicos que, al margen de las atribuciones de los órganos judiciales, ejerciera una autoridad moral y velara por el cumplimiento y el seguimiento de los doce criterios recogidos en el documento.

EL PAPEL DEL COLEGIO DE PERIODISTAS

El Colegio de Periodistas de Catalunya (CPC), que ya había sido el impulsor y el inspirador del Código, tomó la decisión de impulsar una entidad que pudiera cumplir con eficacia esta misión de autoridad moral, des de la sociedad en sí, que era la depositaria del derecho constitucional de las libertades de información y de expresión.

Des de el Colegio de Periodistas se inicia así un largo proceso que culminó con la creación del Consell de la Informació de Catalunya, en diciembre del año 1997. Formaban parte de este Consell un conjunto de mujeres y hombres que tenían como misión juzgar las transgresiones de la deontología periodística que los mismos periodistas habían plasmado en el Código. La variedad misma de sus miembros garantizaba su independencia de criterio: juristas, sociólogos, profesores de ética, de deontologia, de comunicación, responsables de entidades cívicas y periodistas.

En el largo proceso de formación del Consell, se pensó primero que la composición fuera la expresión de la sociedad, con juristas, universitarios y representantes de asociaciones cívicas, con un único periodista que quizás sería el presidente. Pero fueron las mismas empresas y los medios de comunicación los que no vieron que funcionara bien sino representaba también la experiencia y el impulso de una profesión que ponía en pie un mecanismo de autocontrol. Finalmente, la proporción no llegó a ser paritaria –miembros representativos de la sociedad por un lado, periodistas por el otro–, pero la minoría de periodistas fue cualificada, y sus miembros añadían a la condición de periodistas la de profesores o alguna otra. En el Consell hay muchos nombres bien conocidos y reconocidos, con un participación absolutamente gratuita y desinteresada.

CONSTITUCIÓN DEL CIC COMO FUNDACIÓN

Después de dos años de funcionamiento, y con la finalidad de dotar al Consell de personalidad jurídica propia, el Colegio de Periodistas decidió proponer la creación de una fundación privada, al amparo de la Ley 1/82, de 3 de marzo de la Generalitat de Catalunya. La Fundació Consell de la Informació de Catalunya inscrita en septiembre de 1999 en el Registro de Fundaciones de la Generalitat de Catalunya, tiene como finalidad velar por el cumplimiento de los principios de ética profesional periodística contenidos en el Código Deontológico. El órgano de gobierno de la Fundación es un Patronato formado a título personal por miembros del Colegio de Periodistas de Catalunya, medios de comunicación social de Catalunya, universidades, entidades cívicas y colegios profesionales. El Patronato elige un presidente y un secretario general que lo son también, respectivamente, del CIC. La creación de la Fundación supuso también una renovación de los cargos directivos y de la composición del CIC.

El Consell de la Informació de Catalunya tuvo la suerte de contar, des de sus inicios, con el respaldo de las empresas, los profesionales y, fundamentalmente, del Colegio de Periodistas. El protocolo que firmaron fue el punto de partida de este organismo. Desde su inicio se han abierto, tramitado y resuelto expedientes procedentes de quejas de todo tipo de entidades y de particulares. Las denuncias se han referido no solamente a la prensa, sino también a la radio y a la televisión. También ha sido amplio el abanico geográfico. El CIC no ha funcionado como un organismo barcelonino sino ampliamente catalán.

Con el Consell de la Informació de Catalunya, los periodistas catalanes ponen en manos de la sociedad una herramienta que garantiza un ejercicio libre de la libertad y de la responsabilidad, del rigor, la eficacia, el pluralismo y la independencia.